La luminosidad de la piel es determinada por una combinación de factores internos y externos, como la frecuencia e intensidad de la exposición al sol, la contaminación, el estrés y la falta de descanso.
Los malos hábitos y la falta de cuidados permanentes, hacen que la piel pierda los nutrientes y propiedades que la hacen lucir joven, tersa, suave y su iluminación natural.
Hay muchos factores que pueden afectar a la luminosidad de la piel: la constante exposición al sol, la contaminación, el estrés y la falta de descanso son una mínima parte. Hay muchos tratamientos que pueden ayudar a iluminar la piel del rostro para que luzca vital y libre de imperfecciones.
Una manera de revitalizar la piel y hacerla ver radiante sin importar la edad o el género es exfoliándola de manera regular para eliminar las impurezas y otros agentes.
Mascarilla de yogur y aceite de almendras
Para los problemas tópicos, el yogur es un verdadero aliado. Su contenido láctico regula la piel y minimiza el acné y los puntos negros. Por su parte, el aceite de almendras aporta brillo al cutis.
Para preparar esta mascarilla, sólo debes mezclar 2 cucharadas (40g) de yogur natural y media cucharadita (5ml) de aceite de almendras dulces, más 2 gotas de aceite esencial de sándalo, hasta obtener una solución homogénea.
Aplícalo durante la noche, luego de eliminar cualquier residuo de maquillaje. Déjala actuar durante 15 minutos y luego enjuaga con agua tibia. Repite 2 o 3 veces a la semana.
Mascarillas Aceite de limón y aceite de rosas
Una loción elaborada con aceite esencial de limón y aceite de rosas puede ayudar a iluminar la piel del rostro mientras la tonifica. Estos ingredientes estimulan la producción de colágeno, lo cual es clave para evitar signos prematuros de la edad.
Ingredientes:
- 6 gotas de aceite esencial de limón
- 20 gotas de aceite esencial de rosas
Preparación:
- Combina los aceites esenciales en un recipiente.
- Frota el tratamiento sobre la piel limpia, preferiblemente antes de acostarte.
- Úsalo por lo menos 3 veces a la semana
Mascarillas de Avena y Lavanda
La avena posee propiedades hidratantes y exfoliantes que revitalizan la piel. Si además la combinas con lavanda, obtendremos la mezcla completa para la iluminación del rostro.
La mascarilla se prepara con 1 cucharada (20g) de harina de avena, 4 gotas de aceite esencial de lavanda y 3 cucharadas (45ml) de leche.
Debes mezclarla con el aceite esencial de lavanda y las cucharadas de leche, asegurándote de obtener una pasta espesa. Para usar la mascarilla, limpia tu rostro y aplícala. Deja que actúe 20 minutos y enjuaga. Repite el procedimiento dos veces a la semana.
Mascarillas de huevo y limon
Mezclar una yema o clara de huevo, agregar el jugo de un limón y 2 cucharadas de avena molida, hasta crear una mezcla homogénea. Extender sobr el rostro y el cuello. Una vez que esté seca, retirar la mascarilla con agua tibia, y luego enjuagar le rostro con agua.
Mascarillas de miel y arandanos
Verter ½ taza de arándanos frescos, 2 cucharadas de miel cruda y 1 a 2 cucharadas de azúcar en un tazón pequeño A continuación, mezclar bien hasta formar una pasta suave. Luego, expandir esta pasta sobre la piel cara. Dejar puesta esta mascarilla por 5 a 10 minutos. Por último, enjuagar con agua tibia.
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